sábado, 10 de diciembre de 2016

Ojos que no ven.

Hola a tod@s, estoy aquí de nuevo, tras un año retomamos algo que los ojos no ven.

En el anterior blog, hacia una breve introducción a la estética del Rock&Roll, breves pinceladas.

En esta ocasión, quiero profundizar un poco en este estilo, cimentado en los años 50, pero en constante evolución, el movimiento es una realidad palpable.



Desde el punto de vista, puramente estético, el abanico tiene unas dimensiones increíbles, comenzando por un estilo tradicional (horneadoras de panecillos, como las denominé hace tiempo), radica la esencia de mujeres sencillas, colores pasteles, largo de falda cubriendo rodillas y sin estridencias; pura esencia de la feminidad de los 50.

A partir de hay, nos podemos encontrar con distintos estilos, tan variados como nosotras; los vuelos interminables de sus faldas y vestidos, esos entubados, con ese balanceo inconfundible, los ya míticos pantalones Capri, los tiros altos y perneras con movimiento,...
Sus blusas y camisas anudadas a la cintura, camisetas, escotes corazón y barco; una diversidad tan absoluta como el propio estilo.
Cazadoras vaqueras, rebecas, biker de piel,  prenda imprescindible por lo menos en mi armario, versátil!!!

Pero, sobre todo y por encima de todos estos conceptos meramente estéticos, algo que en ocasiones se nos olvida... o simplemente obviamos en pro de una simple etiqueta; PERSONAS, diversidad de estilos, pero aún más diverso es su carácter.
Imparto talleres, cuando son tan específicos en una época o estilo, en este caso Rock&Roll, puedo afirmar que el estilo estético, el musical, el baile y todos esos matices que enmarcan, son superados con creces por este detalle, identidad.
Identidad que permite que en cada una de sus diferentes variaciones, consigan que todo sume, que gane en fuerza e intensidad.
Desde luego, muchos seguiremos etiquetando, yo misma utilizo una etiqueta y se llama Movimiento.



Como siempre. 1.hasta pronto.